Roberto Martínez Garcilazo

1960–2020

Un dorado amanecer

sangrado por la luz de la aurora que se extingue.

El tiempo se detiene y se convierte en luz.

Luz purísima y murmurante.

-¿Qué dice, qué canta, qué bendice?-

Luz que funde el firmamento

— ¿En verdad se lleva en el alma?—

y desaparece la línea

que divide cielo y mar.

Semblanza

Roberto Martínez Garcilazo (1960 – 2020) nació en Chalchicomula de Sesma (hoy, Ciudad Serdán) y murió en la ciudad de Puebla de los Ángeles de la misma manera en que la Providencia anunció su llegada: intempestivamente.

Estar fuera del tiempo fue siempre (y todavía es) su distintivo, acaso por eso se dedicó a la poesía desde su adolescencia. En su adultez temprana fundó revistas literarias como Ítaca, y en su vida adulta publicó numerosos poemarios, siendo el último (Nubes, olas, sombras) una meditación profunda sobre el insondable límite de lo sublime: Dios.

En lo académico, meses antes de morir obtuvo el título de Doctor en Literatura Hispanoamericana. Su obra la conforman cuatro libros de poesía y sendos artículos sobre estética publicados en diarios locales.

Tres ángeles siniestros vuelan sobre mi calle.

Planean amenazantes y, agitando sus alas pestilentes, descienden

y tocan la tierra con sus pies descalzos.

Presintiéndome, miran la puerta de mi casa.

¡Oh carnalidad, oh finitud, oh corrupción de la vida!

¡Han llegado las hienas del Señor hasta mis puertas!

¿Dónde esconderme, dónde que su infalible percepción no me descubra?